Segunda Reflexión: Recompensas de seguir al señor.
Cuando tu sigues a Jesús vas a tener muchas recompensas, la recompensa más grande es la vida eterna.
A continuación vamos a ver 3 recompensas de seguir al Señor.
Primera Recompensa: Tu vida va a ser renovada, ya no estarás cargado(a) con lo de tu pasado, ya el señor te hizo nueva criatura. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
Segunda Recompensa: El te va a cuidar hasta que llegue tu día de partida, el señor dice que él cuidara de ti hasta que llegue ti día. Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. Deuteronomio 31:6
Tercera Recompensa: La recompensa más importante de todas, La vida ETERNA, Dios te ofrece una vida después de morir en la tierra, él quiere que tu vivas a su lado. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelos de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno. Juan 10: 28-30
Todo esto vas a tener si sigues al señor.
A continuación vamos a ver 3 recompensas de seguir al Señor.
Primera Recompensa: Tu vida va a ser renovada, ya no estarás cargado(a) con lo de tu pasado, ya el señor te hizo nueva criatura. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
Segunda Recompensa: El te va a cuidar hasta que llegue tu día de partida, el señor dice que él cuidara de ti hasta que llegue ti día. Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. Deuteronomio 31:6
Tercera Recompensa: La recompensa más importante de todas, La vida ETERNA, Dios te ofrece una vida después de morir en la tierra, él quiere que tu vivas a su lado. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelos de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno. Juan 10: 28-30
Todo esto vas a tener si sigues al señor.
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